Cozumel es una bella mujer. Bella e interesante. A diferencia de sus más jóvenes hermanas -Playa del Carmen y Cancún, no le gustan las fiestas desenfrenadas ni las grandes multitudes. Lo que ella ofrece no es una escapada fugaz, sino un amor tan antiguo y fuerte como los arrecifes de coral.
Por @lavidaesviaje
¿Por qué recomiendo a los viajeros visitar Cozumel?
Sus playas. Isla Cozumel tiene una larga franja de arena blanca en el lado oriental, que inclusive desafía en hermosura a las playas de Cancún. Además, esta zona es de acceso público, no hay hoteles u otras construcciones que obstruyan la vista o se interpongan entre el mar y tú. Yo he recorrido la costa oriental de Cozumel en auto, motoneta y bici, ¡tú elige el vehículo que más te guste!
Su gente. Nunca será suficiente el agradecimiento que pueda expresar a los cozumeleños por siempre hacerme sentir no como en casa, sino como si estuviese soñando cada vez que visito su isla. Su hospitalidad, su oferta gastronómica, así como la tranquilidad de sus calles y la limpieza de sus playas son sorprendentes. En cuanto a hoteles en Cozumel, conozco y recomiendo los servicios de Secrets Aura Cozumel, El Cozumeleño y Vista del Mar. ¡Tienes que probar la comida del restaurante Casa Missión!
Su pasado. En Cozumel hay una gran cantidad de vestigios prehispánicos, pero el más importante es el asentamiento nombrado San Gervasio. Allí visité el templo dedicado a Ixchel, la deidad maya consagrada a la fertilidad de los campos y a la maternidad, a quien se rendía culto en una ceremonia que ahora recrea el Parque Xcaret con la Travesía Sagrada Maya. Tiempo después de mi primera visita a este santuario nacería mi primera hija, quien hoy tiene seis años ya. ¿Adivinas cómo decidimos nombrarla su mamá y yo?
Sus paisajes submarinos. Es increíble lo que puedes observar en las aguas de Cozumel con solo ponerte un visor y un snórkel: barreras de coral con formas increíbles, peces tropicales de todos colores, tortugas marinas, playas cuajadas de estrellas de mar y mucho más. No dejes de hacer snórkel en los arrecifes Colombia y Palancar, en la Playa El Cielo y en la Granja de Perlas de Cozumel. ¡Solo con recordar estos lugares se me acelera el corazón!
Parque Punta Sur de Cozumel. Gracias a la Fundación de Parques y Museos de Cozumel, con lágrimas en los ojos pude ver aquí el desove de dos gigantescas tortugas marinas y tuve el privilegio de ayudar en la liberación de una pequeña tortugüita también. La vista desde el Faro Celarain te dejará sin aliento… y de la Playa Chunchakaab ni te cuento, ¡es mi favorita en todo el Caribe Mexicano!
En los ojos de Cozumel contemplas el azul cristalino, profundo y tranquilizador del Mar Caribe. Tomado de su suave mano puedes caminar sobre kilómetros de hermosas playas mientras ella, con su voz profunda y sabia te cuenta historias que van desde antes de la llegada de los mayas, hasta anécdotas recientes de aventureros del mundo entero. Todos los que hemos conocido Cozumel dejamos un pedacito de nuestra alma en esta isla.
Ella, con cariño infinito, lo ha bordado a la barrera arrecifal para recordarnos, esperando nuestro regreso.
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