Esta mañana leí un texto escrito por especialistas con postdoctorado en Brain Research sobre la mujer actual, donde decía algo real y lamentable hasta cierto punto (en base a estudios y estadísticas lo que aquí se habla) sobre algo importante de notar y que expongo a continuación.
Por Lizzy Santoyo
Según el texto, la mujer actual tiene muchas herramientas para ser un extraordinaria amiga, novia y/o esposa; es inteligente, libre de prejuicios, independiente y exitosa. Sin embargo se ha quintuplicado la depresión en mujeres desde la década de los ’60, y la mujer hoy en día piensa más negativamente de los hombres. Cabe aclarar que no se habla de todas, sino de un gran porcentaje.
Y así sucede en la actualidad. Hay mejores amigas, novias, esposas, y menos buenas madres que antes; las madres de hoy se interesan menos por los hijos, los dejan solos con frecuencia por motivos laborales, sociales o de recreación, además de mostrar más interés por la educación de los hijos pero con menos capacidad de imponer disciplina en el hogar.
Por otro lado, estamos viviendo una generación de mejores padres; se involucran en la educación y cuidado de los hijos, sin embargo son peores esposos y novios. Este nuevo hombre está viviendo una transformación: de ser el macho fuerte y proveedor de los 50’s, el cuestionador de los 60’s, al sensible de los 80’s.
Estos cambios han creado un hombre menos romántico de lo que solía ser, menos caballeroso (sí, aún a muchas mujeres nos gustan caballerosos), con otras prioridades como la ropa nueva, el automóvil nuevo, el gimnasio, etc. El hombre moderno no idealiza a la mujer como antes, si no que desea acostarse con cuantas pueda.
Quiere una mujer a la que admire y en quien pueda apoyarse, no obstante frente a una que sea independiente, exitosa y solvente, el hombre teme -o al menos una gran mayoría- perder iniciativa y empuje en su vida de pareja, y esto porque el cerebro masculino logra un buen desarrollo a través del reconocimiento de sus éxitos y de sentirse útil. Puede ser considerado un amante maravilloso pero mal candidato para un compromiso a largo plazo, sin embargo, como mencionan los expertos “en el fondo el hombre no desea estar solo”.
La mujer actual, quiere un hombre que sea compañero, comprensivo y que la haga reír; que siga siendo un macho sin ser machista y esto es irreal. Ha generado un hombre más preocupado por su aspecto físico, su ropa, que por ser más comprensivo y sensible hacia ella.
Las mujeres se expresan de este tipo de hombres como superficiales, huecos, sin carácter para el esfuerzo, lucha y trabajo. Pero en parte es el resultado de la presión femenina “de transformar al hombre tradicional, adoptando comportamientos y preferencias femeninas.”
Nos encontramos así ante una situación inestable, donde se busca saber qué posición tener, pues los modelos de nuestros padres no encajan en las necesidades de la sociedad y la vida moderna, no obstante hay aspectos de la misma que desearíamos no seguir.
Muchas mujeres se alegran del avance y la conquista del área profesional y laboral, el obtener espacio, voz y respeto, y otras gustan de ello pero la culpa de no estar en casa con los hijos, o no tener el tiempo que quisiera para ella misma, les agobia. Y por otro lado, los hombres no saben cómo reaccionará la mujer con la que salen “¿le abro la puerta o no? ¿Se molestará si lo hago?”. Pues hay mujeres que toman una atención como algo negativo; feminazis le llaman algunos.
¿Qué hacer entonces? Hoy por hoy, no hay un modelo predeterminado. Mi sugerencia es expresar con claridad lo que deseamos del sexo opuesto; si nuestra perspectiva coincide con la de la otra persona, se puede construir en conjunto una buena relación. Cada pareja tiene su propia dinámica y debe serle funcional.
Por lo pronto, ya debo tomar el autobús; si algún hombre me cede el asiento, agradeceré como siempre esa atención, porque no es su obligación, pero aquí entre nos, ¡es tan grato cuando hacen eso!
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