Cultura

Chacáh y Chechén, el bien y el mal echan raíces

Figura de un sinnúmero de leyendas y cuentos mayas, el árbol de Chechén se caracteriza por su resina sumamente tóxica y es causante de severas lesiones en la piel al cabo de unas horas de tener contacto con ella; el simple hecho de rozar a esta planta basta para que se presente una irritación semejante a una quemadura de segundo o tercer grado.

Este árbol se puede encontrar en lugares de la República Dominicana, Cuba, Jamaica, Guatemala, Belice y, en México, desde la península de Yucatán hasta Veracruz.

La resina está contenida en  su corteza de color pardo rojizo y aparece, generalmente, cuando la cubierta del árbol ha sido dañada o cortada; es fácil de reconocer ya que su borde es ondulado. El chechén llega a medir hasta 25 metros de altura, y alcanza un diámetro de hasta 60 centímetros.

“Tú árbol de cáscara naranja,
estará al lado de tu hermana de fibra gruesa,
porque donde Chechén haga el mal,
estarás, Chacáh, para reparar su maldad”.
(Fragmento del poema «Chechén y Chacáh»
del autor Dante Oswaldo Carrillo Sánchez)

Su nombre científico es Metopium brownei, produce flores y pétalos amarillos y bayas rojas, que sirven de fuente de alimento a diversas especies de aves, a pesar de ser tan dañino para el ser humano.

También es usada en la fabricación de pisos de madera sólida e ingenierías; claro que para llegar a este proceso de debe tener mucho cuidado de cómo se extrae este material. (información de Corza Grupo Maderero)

Dos guerreros: Kinch, el bondadoso y Tizic, el perverso, lucharon a muerte por el amor de una joven llamada Nicte-Há, hasta que ambos tuvieron un desenlace fatal.

Los dioses les concedieron el perdón y la gracia de volver al mundo de los mortales convertidos en árboles para contemplar a su amada; Tizic sería un chechén y Kinch un chacáh.

Ambos árboles resguardan solemnemente a Nicte-Há, quien falleció de tristeza, pero fue regresada a la vida como una hermosa flor blanca.

Se dice que siempre junto a un chechén hay un árbol de chacáh; éste segrega una solución acuosa que se obtiene al hervir la corteza y es utilizado en la medicina tradicional como analgésico, insecticida, expectorante, antiinflamatorio, afrodisíaco, diurético, anestésico, entre otras propiedades, pero, sobre todo, para aliviar irritaciones y quemaduras de la piel ocasionadas por la resina del árbol de chechén.

Esta especie es originaria de las regiones tropicales húmedas, subhúmedas, áridas y semiáridas de América. Su nombre botánico es Bursera simaruba y pertenece a la familia de las Burseráceas.

El chacáh es inerme, resinoso y aromático; llega a medir hasta 30 metros de  alto, en el tronco a veces tiene un ligera torcedura, sin embargo mide hasta un metro de diámetro de color rojo cobrizo a verde.

El árbol del chacáh

El fruto del árbol de chacáh es de forma ovoide triangular y llega a medir de 10 a 15 milímetros de largo, por 8 a 9 milímetros de diámetro de color moreno rojizo a púrpura. Su madera es utilizada para leña, carbón, postes y agarraderas para herramientas; también es empleada para la elaboración de cajas y huacales para el transporte de frutas y verduras.

El árbol es de rápido crecimiento, se adapta favorablemente a sitios salinos o alcalinos y una vez establecido requiere de poca atención, por lo que se recomienda para ser utilizado en programas de reforestación y restauración ecológica. (Información tomada del jardín botánico “Los Gajos”)

El parque ecológico Xel-Há tiene en su interior el Jardín de Los Chacáhs, el cual año con año recibe la visita de personajes del cine, radio, televisión, literatura y deportes para plantar un árbol de Chacáh, junto a él dejan un pequeño mensaje para la posteridad, grabado en una piedra. Esto, tiene el propósito de fomentar la lucha por preservar el medio ambiente.