Fresco, crudo, asado y cocido, son algunas de las presentaciones en las que se puede disfrutar el chile habanero, ese tradicional condimento que se usa principalmente para condimentar o acompañar diversos platillos mexicanos. Pero ¿sabias que Quintana Roo, es uno de los productores del mejor chile habanero?
En esos días de octubre de 1492, cuando Cristobal Colón llegó a América, sus expectativas ante sus patrocinadores se vieron frustradas, al no ser el continente tan rico en especies como se tenía pensado; sólo había cultivos de vainilla y chile, que el propio almirante genovés bautizó como pimiento.
Desde ese momento, el uso de chile se volvió indispensable en los platillos de la cocina criolla, implantada por los inmigrantes franceses en Louisiana, en los siglos XVII y XVlll, y que continúa siendo muy popular en Texas, California y Nuevo México, sitios donde, además, la cocina de origen mexicano, devota del chile, conoció una rápida expansión.
En México son muchos los estados que además de cultivar, producen el chile habanero, aunque más del 50 por ciento de la producción proviene de la Península de Yucatán –Quintana Roo, Yucatán y Campeche. Ante esto, en 2006 surgió la inconformidad de los tres estados por la denominación de este fruto.
El mismo año, los agricultores y autoridades de Yucatán promovieron ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) la denominación de origen para que el chile habanero y sus derivados, como las salsas, producidas en la Península de Yucatán se llamen “chile habanero de Yucatán”.
Por lo que, Quintana Roo y Campeche interpusieron una controversia y el 9 de septiembre del 2009 se determinó el Certificado de Denominación de Origen, el cual determina que el habanero es legalmente certificado en cualquiera de los estados de la península de Yucatán (Campeche, Quintana Roo y Yucatán) por lo que llevaría el nombre de «chile habanero de la península de Yucatán».
El chile habanero se utiliza en platillos típicos de la región como la cochinita pibil, el Pop-chuc (carne asada), brazo de reina, salbutes, panuchos, papadzules, en el pescado tikinxic, entre otros y las tradicionales salsas para acompañarlos. Incluso, por su característica de que al ser rebanado o abierto, sufre una irritación que le provoca lágrimas y estornudos, su materia prima es utilizada para elaborar un tipo de gas lacrimógeno y envasado en pequeños tubos en paquetes de defensa personal.
Su sabor se debe a la concentración de capsicina, sustancia que sirve también como insumo médico para tratamiento de cáncer y farmacéutico para aliviar el dolor. En algún momento de la historia, a los chiles muy picantes se les dio carácter de estimulante sexual o afrodisiaco.
El fruto es conocido científicamente como Capsicum chínense; sus plantas crecen 60 centímetros en promedio. La figura del chile habanero es similar a la de un trompo pequeño, de color amarillo a anaranjado cuando ha madurado, su tamaño promedio es de 4 centímetros de largo y 3 centímetros de ancho. Por sus características es un producto de gran aceptación y fama mundial; es uno de los vegetales cuya imagen se asocia con México.
De acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2009, Quintana Roo, Yucatán y Campeche sumaron 445 hectáreas sembradas con este producto, siendo Yucatán la de mayor extensión: 351.
Quintana Roo alcanzó el cultivo de dos mil 102.8 toneladas y el precio al productor en ese mismo año fue, en promedio, de 16 mil 870 pesos por tonelada, aunque en Quintana Roo alcanzó el precio más alto pagado: 22 mil 834 pesos por tonelada.
