Cultura

Hetzmek, el bautismo maya

Nicte-ha ha cumplido tres meses de haber nacido y para los mayas significa que ha llegado la hora de inculcar la ley de la enseñanza. En el caso de los varones se realiza a los dos meses de nacido. Los padres de la pequeña han encontrado un padrino y una madrina para realizar el Hetzmek; estos le regalarán una muda de ropa y zapatos que estrenará durante la ceremonia. El Hetzmek es una tradición maya en donde a los pequeños se cargan con las piernas abiertas a un costado de la cadera del padrino, con la finalidad de que anden en buenos pasos y tengan la fuerza e inteligencia cuando sean adultos.

Por Giovanny Cocom Tah

Todos los invitados están sentados en una mesa dejando un espacio para que los padrinos puedan dar las vueltas alrededor de la misma. En este caso, como es niña, el padrino tiene el honor de empezar a dar las primeras nueve vueltas alrededor de la mesa, comenzando por el lado derecho. Posteriormente sigue la madrina, que también da nueve vueltas pero ahora por el lado izquierdo.

Sobre la mesa se colocan unos granos de maíz y por cada vuelta que se de, se tendrá que quitar un grano para que las vueltas sean exactas. Durante la ceremonia los invitados comen pepitas tostadas y el sonido que hacen al abrir las semillas significa que el Hetzmek se está llevando a cabo. El padrino toma una pepita y se la pasa en los labios de la bebé, con el fin que en el futuro le sea fácil aprender a hablar.

También se le entrega un cuaderno y lápiz para que aprendan a leer y escribir con mas facilidad. Si es niño, se le da a palpar un machete, con el fin de que aprenda las labores del campo. En algunas familias, se les da a tocar una escopeta para que aprenda a cazar.

En este caso como es niña además del cuaderno y el lápiz, se le acerca al fogón para que toque las piedras y aprenda, de esta manera simbólica, a hacer tortillas y cocinar, como así también llevarla junto al lavadero para que se le facilite lavar la ropa.

Al finalizar las vueltas, se procede a entregar la mesa, es decir, la comida a los padrinos por parte de los padres de la niña. Para ello se necesitan encender dos velas en el centro de la mesa. El encargado pronuncia palabras mencionando que ahora son compadres y deberán respetarse mutuamente porque ante Dios son los mentores de esta pequeña.

Una vez entregada la comida, cuando los padrinos regresan la olla, se acostumbra colocar entre la servilleta un dinero simbólico para el ahijado, un regalo especial.

En la comunidad de Kantunilkín, aseguran que el 75% de la población aún práctica el Hetzmek, respetando la costumbre que nuestros antepasados realizaban. Lamentablemente poco a poco se va perdiendo esta tradición que nuestros abuelos realizaban con mucho amor, pensando en el bienestar del ser querido.