Flat Flat Flat! Estos últimos días, nuestro caribe ha estado más plano que yo cuando tenía 13 años, que un cuaderno sin hojas, que una sopa sin letras…
Por Danny Benítez / Fotos: 2ii.mx
Afortunadamente, para quienes gustamos de practicar el surf o bodyboard, no siempre es así. Principalmente durante la temporada de huracanes, de junio a noviembre, o cuando llega el jatzahá (el mal viento) y la mayoría de la población se encuentra refugiada del imperioso clima en sus hogares, la banda surfer de Cancún se reúne en alguno de los diferentes spots (sitios) donde sale la ola.
Sí, por fortuna, aunque casi todas las playas de este destino son muy tranquilas, hay dos que tres en las que se forma un enorme tubo azul turquesa, como playa Chac Mool, y otras en las que una larga montaña de agua nos da una bella bajada para deslizarnos, como sucede en playa Delfines, mejor conocida como El Mirador.
Estos días no ha sido el caso; ha estado lloviendo, y cualquiera pudiera pensar que el mar está enfurecido y que, por lo tanto, habrá olas. Pero no, para que las olas se eleven es necesario que se confabulen las corrientes y los vientos porque, como sabrán los cancunenses, el clima es bastante cambiante en esta región. Por tanto, aunque siempre podremos basarnos en nuestra intuición y decir: “si pega el sureste se pondrá bueno El Mirador, o si llega el noreste en Chac Mool”, por fortuna tenemos la tecnología y las redes sociales a nuestro favor.
A través de las cámaras que amablemente los hoteles ponen a nuestra disposición para apreciar la belleza de las playas de Cancún, podemos darnos una idea en tiempo real de qué tal está el swell (oleaje); como en el caso de WebcamsdeMéxico.com, que ofrece una muy buena vista de Punta Cancún, desde la cima del hotel Krystal.
Otra buena opción para dejarnos de “premoniciones” con respecto a la ola, es checar el pronóstico en la página Magicseaweed.com, donde indicará la altura del swell, la velocidad del viento y la temperatura de ¡toda la semana y en distintos horarios! Y como bonus, tiene muy buenas gráficas de la dirección del viento, con relación a la ubicación de Cancún.
En Facebook, la bandita de 2ii.mx (Dosis) reúne lo mejor de “ambos mundos” y más, pues al ser también amantes de los deportes extremos (como surf, bodyboard, kitesurf, wakeboard, skate, roller, y otros), promueven lo que hacen los deportistas de Cancún, de Quintana Roo, por tanto, de México. Publican y comparte también fotos e información de sesiones y de los mejores eventos de esta índole.
Quienes quieran comenzar a practicar el surf o el bodyboard, siempre se toparán con preguntas como: ¿no te da miedo que te lleve el mar?, ¿y si te sale un tiburón?; esto último, tan probable como que te caiga un rayo, y por lo primero, si sabes nadar y respetas al mar, no habrá de qué preocuparse. Lo demás, la técnica, los trucos, el duck dive –indispensables para pasar debajo de las olas-, vendrán como todo: con la práctica, la observación y la experiencia.
“Mi recomendación para todos los que vayan surfear es que entren con su equipo completo, que conozcan el área, y si no la conocen, que pregunten a los guardavidas o a los demás surfers dónde es más seguro entrar, para no tener malas experiencias”, explicó en entrevista para Sal Guía, Cleofas Herrera, guardavidas desde hace 18 años en las playas de Cancún, quien también practica el bodyboard.
Cleofas recomendó, además, que en caso de encontrarse atrapado en una ola –por ejemplo- del Mirador, donde el oleaje es más pesado y más grande por al profundidad del agua, lo mejor es no desesperarse, procurar salir para tomar aire, y después preocuparse por sacar a flote la tabla.
“Definitivamente mi conocimiento como guardavidas se ha ido complementado con el boogie, porque cuando ya lo dominas es más fácil entrar con la tabla a olas de más de dos metros; antes sólo entraba con un torpedo”, aseguró nuestro Guardavidas, y añadió: “Estamos en el Mar Caribe donde, aunque no parezca, las corrientes son muy fuertes; a veces, hay quienes que se cansan, les da un calambre o simplemente no saben nadar con las corrientes y la resaca, y después no puede salir. En esas ocasiones, si hay gente corriendo olas, siempre nos apoyan, y eso es también algo bonito de este deporte, que uno puede ayudar a las personas y divertirse a la vez”.
En cuanto a equipo: tablas, ceras, rash guards, leashes, y demás, pueden encontrarlos en la legendaria tienda Koko Dogz, ubicada sobre la avenida Náder, donde también venden muchos más accesorios para este tipo de deportes. Y si de plano no se atreven a comenzar a practicarlos solos, en El Mirador, David “Jamaican” Hernández, presidente de la Asociación Estatal de Surf de Quintana Roo, da clases para niños, adultos, y todo aquel que quiera sentir la adrenalina de correr una ola.
“El surf no es una moda, es un estilo de vida. Es una forma de expresión en la cual puedes ser tu mismo; en el surf no se puede fingir, es tu forma de expresarte en una ola, como dibujar en una ola”, aseguró Pedro Jay, surfer por diversión y devoción desde hace tres años. “El agua de mar no sólo cura las heridas físicas, también las del alma”, añadió el joven deportista, y recomendó dos spots más para nuestra lista: playa Marlín y playa Ballenas.
Fabián Guerrero, uno de los más experimentados bodyboarders de Cancún, pues entre sus logros está haber ganado el 2do lugar a nivel nacional en el 2008, recuerda que su primera experiencia fue a los ocho años, cuando un tío le enseñó a abrirse paso entre las olas. “Creo que uno de los mayores logros es haber tenido la oportunidad de surfear por todo el Caribe y el Pacífico, desde Acapulco hasta Tijuana, y sólo me faltan pocas playas, que estoy seguro que vendrán en camino”, señaló “El Guerrero” -como lo conocemos-, y agregó: “Surfear una ola es parte de mi vida, es una de las cosas mas espectaculares que me han pasado. Son muchos sentimientos desde que entras al agua, es ver el mar con respeto, dar todo, tener actitud, pero sobre todo mucho respeto al mar: He estado en olas en las que creo que no hay un sólo surfer que no crea en Dios”.
Tortugas, aves pescando y bancos de diminutos peces plateados que reflejan sus destellos en el mar cuando saltan, son sólo algunas de las maravillas que me ha tocado disfrutar gracias al bodyboard. Al amanecer, a quien madruga, Dios no sólo le ayuda, también regala un bello paisaje de arena blanca, mar, y un brillante sol despertando al fondo que, por la tarde, se oculta tras la laguna, dejando un cielo degradado entre rojos, naranjas y púrpuras.
*En memoria de mi amigo Blake, quien hace unos años dejó este mundo, no sin antes enseñarme lo grandioso que puede ser correr una ola.