Imagina un paseo en con esa persona especial sobre aguas transparentes color turquesa, verde acqua y azul celeste hacia una isla paradisíaca, conocida como Isla Pasión. Ahí, además de pasar un día inolvidable en una playa de fina arena blanca, podrán admirar exuberantes ecosistemas y asombrarse con la magnificencia de la naturaleza en el brillo de una pequeña perla.
Este hermoso lugar se localiza dentro de otro paraíso del caribe mexicano, que es la isla de Cozumel. En la zona norte de la ínsula, en la Franja de Montecristo, se encuentra un impresionante proyecto sustentable, de conservación e investigación, que ha ido creciendo gracias al amor y cuidado de una familia.
Cozumel Pearl Farm es la única granja perlera activa en el Caribe, y nace por la visión de Don Francisco Caamaño quien desde el 2001, junto a sus hijos “Pancho”, al igual que su padre ingeniero, e Isabel, bióloga, comenzó a construir este gran sueño.
Debido a que la única forma de llegar ahí es por mar, el tour consiste en un paseo en lancha (con capacidad para 12 personas) que realiza un recorrido por toda la gama de azules y verdes del mar, tonalidades que se producen gracias a los nutrientes que genera el arrecife, el manglar y una laguna de agua salobre que se encuentra en la parte interna de la franja costera.
Al desembarcar en la orilla, observarás una palapa de recepción, otra donde está el museo del proyecto, una estructura de captación de agua de lluvia, una estación de limpieza de ostras, y un pequeño pero bien adaptado laboratorio, donde se lleva a cabo el casi mágico procedimiento.
“Asistimos en el proceso de producción de una perla natural; o sea, las perlas son 100 por ciento naturales, sólo que con un implante de núcleo. De manera natural, un cuerpo extraño entra en la ostra y ésta lo empieza a recubrir con nácar a manera de defensa; entonces, lo que hacemos es insertar el cuerpo extraño formado de concha para obtener la perla”, explica Isabel Caamaño quien, a la par, lleva a cabo un proyecto de recuperación de arrecifes en ese mismo lugar.
Destaca que es un suceso rarísimo las perlas que se dan sin intervención humana, pues tiene que pasar mucho tiempo desde que entra el granito de arena para que se forme una perla de un tamaño considerable. En el caso de las ostras perleras que crían, Pinctada radiata, Isabel detalla que desde que son obtenidas entre las corrientes marinas -por medio de técnicas que ellos mismos han desarrollado, cabe resaltar- hasta la edad en la que son aptas para el implante, deben pasar tres años; de ahí, una vez colocado cuidadosamente el núcleo, éstas son regresadas al mundo submarino de la granja de perlas, que se encuentra a tres kilómetros de la orilla. Luego de dos años de arduos cuidados, hasta entonces, se puede obtener una fantástica perla de Cozumel.
“Cualquier molusco que tenga concha tiene la posibilidad de producir una perla; por ejemplo, en Cozumel estamos muy familiarizados con el caracol rosado y hay algunos que tienen perla, son rarísimas, pero si hay varios pescadores que las han encontrado”: Isabel Caamaño.
Sin embargo, a pesar de todo el trabajo, paciencia y dedicación, la vida les ha puesto retos difíciles: tras el paso del huracán Wilma, que azotara nuestras costas en octubre de 2005, la familia Caamaño tuvo que comenzar de cero, pues toda la granja quedo devastada. “Decidimos volver a intentarlo y echarle todas las ganas, y seguir con este sueño, pero comenzamos a pensar en que tendríamos que adaptarnos, incluso, a los huracanes. Empezamos a construir de una manera más adaptada con nuestro entorno, pues nos dimos cuenta que cuando hay huracán el agua del mar cursa con la laguna, por lo que de entrada pusimos todo en un nivel superior”, recuerda Francisco Jr.
Así pues, todo este cariño y esfuerzo se ve sintetizado en una pequeña gema natural color blanco cuyo valor, más allá del monetario, es una muestra de amor y ganas de cumplir un sueño.
Esta inolvidable experiencia tiene una duración aproximada de seis horas, a partir de las 10:00, y sale del muelle de la tienda de buceo Aqua Safari. El costo por persona es de 110 dólares, e incluye guía bilingüe, paseo en lancha, tour de snorkel por la granja subacuática, agua, lunch, cervezas y refrescos. Las reservaciones puedes hacerlas directamente en su página de Internet. La recomendación es llevar ropa cómoda, bloqueado y repelentes biodegradables, traje de baño y toalla.
-Un dato curioso de este lugar es que en la orilla de la playa abundan una especie de árbol tipo pinos que, se dice, fueron plantados por los piratas que en algún tiempo llegaron a esconder sus barcos en la laguna, por lo que éstos les servían de camuflaje. En este sentido, el proyecto Cozumel Pearl Farm ha sido bastante favorable para las especies endémicas; como la palma chit que, al quitar los pinos para edificar la granja, comenzó a reproducirse exitosamente; otra de estas especies es la misma ostra perlera (Pinctada radiata), cuya población a mejorado exponencialmente, tras haber sido arrasada por los mismos saqueos de los piratas
Cosas que debes saber acerca de las perlas:
* El precio de las perlas varía dependiendo el modelo, ya sean aretes o dije, y van desde los 50 dólares en adelante.
* El nácar es una sustancia natural de carbonato de calcio producida por ostras y mejillones perleros.
* Las ostras son organismos filtrantes, es decir, limpian el aguas de contaminantes, ayudando así a mantener el equilibrio del ecosistema marino.
* Las perlas nacaradas son las únicas que son valoradas como gemas: perlas de río, que están hechas por mejillones; las perlas de abulón, y la gama de perlas que producen las ostras perleras.
* La otra perla mexicana está en el Mar de Cortés, y es de color entre verde obscuro y grisáceo.
* Lo que determina la calidad de una perla son muchos factores, pero el más importante es el lustre, que es el brillo interno de la perla y se da por las capas de nácar que tiene el objeto que es cubierto de nácar; entre más capas, más lustre.