Ciudades

Planetario de Cancún, récord de visitantes

Apenas seis meses de vida cumplió a finales de enero Ka’ Yok’, el planetario de Cancún. Pero en tan breve lapso ha permitido demostrar dos cosas: que —contra lo que muchos escépticos dicen— la sociedad está ávida de eventos científicos, artísticos y culturales en general, y que cuando se le ofrecen productos de calidad, la gente responde con interés y entusiasmo.

Por Juan José Morales

Buena prueba de ello son los más de 60 mil asistentes que a lo largo de ese semestre pasaron por las instalaciones de Ka’ Yok’. No sólo a las funciones en el domo de proyección —excelente y con avanzada tecnología, dicho sea de paso— sino también al museo del agua, la sala museográfica y el observatorio astronómico integrados al planetario, y a una diversidad de actividades que en él se ofrecen en el espacioso y acogedor auditorio de 190 butacas: lo mismo conferencias que talleres para niños y adultos, lecturas literarias, presentaciones de libros, obras teatrales, conciertos, exposiciones, foros, charlas astronómicas, observaciones diurnas y nocturnas, liberaciones de libros, exhibición de películas sobre temas de astronomía y astronáutica, etc.

Y es que la directora de Ka’ Yok’, la bióloga Beatriz Andrade, tomó muy en serio el cometido que se le asignó al ser nombrada: hacer de ese lugar un gran centro de divulgación científica, tecnológica y cultural y lograr que la comunidad lo tome como un centro de reunión y se apropie de él.

Aquí cabe destacar que en Ka’ Yok’ se sentó un precedente muy importante: por primera vez en la historia de Cancún el público paga —de muy buen grado por lo demás— una cuota de recuperación por asistir no sólo a conciertos, representaciones teatrales y otros eventos similares que tradicionalmente han tenido un costo de admisión, sino también a conferencias de divulgación científica, algo que muchos consideraban imposible, pues privaba la idea de que toda conferencia —salvo las de charlatanes como el inefable Jaime Maussán— debe ser gratuita, sobre todo si se ofrece en un recinto propiedad del gobierno, como lo es el planetario.

planetario cancun niños

La clave está en la calidad. Hasta ahora, los conferencistas han sido, sin excepción —y esperamos que esto no cambie—, investigadores prestigiados, con un impecable currículum, conocedores a fondo de los temas que abordan. Por ejemplo, Guillermo de Anda, primer arqueólogo mexicano que ingresa al selecto círculo de exploradores de National Geographic, Mauricio Hoyos, experto de renombre internacional en el estudio del tiburón blanco, o Luis Javier Sandoval, fotógrafo submarino galardonado por la BBC de Londres y ganador de codiciados premios en Europa.

En estos tiempos en que las actividades culturales andan de capa caída y reducidas a su mínima expresión como resultado de recortes de presupuesto, Ka’ Yok’ es una especie de oasis que ha venido a paliar la situación. Pero no pretende sustituir a la Casa de la Cultura —de la cual es vecino y con la que de hecho comparte un espacio— ni mucho menos competir con ella, sino sólo complementarla y servir como un foro más para artistas y creadores. Tan es así, que no pocas de las actividades del planetario se han realizado en coordinación con la Casa de la Cultura, como la celebración de los días de muertos.

Ka’ Yok’, por lo demás, no es un ente aislado. Es el segundo nodo de una red estatal de planetarios del Consejo Quintanarroense de Ciencia y Tecnología que se inició con el de Chetumal, continuará con el de Cozumel —en construcción— y se completará con tres más en Playa del Carmen, Tulum y Carrillo Puerto, más dos planetarios móviles que ya recorren las pequeñas poblaciones del estado.

La experiencia tenida en Cancún sin duda servirá para organizar e impulsar mejor las actividades de todos ellos. Su buen éxito ha demostrado que un planetario puede ser no sólo un sitio de divulgación astronómica —lo cual, desde luego, es su objetivo principal— sino también un centro cultural que ofrezca una gran diversidad de eventos para lograr el máximo aprovechamiento de sus instalaciones.

Así, el auditorio de Ka’ Yok’, con 190 asientos, excelente óptica y acústica y un moderno equipo de proyección y sonido, ha sido ampliamente utilizado por músicos, actores y literatos, además de conferencistas, y se planea convertirlo también en sala cinematográfica de arte, cosa que mucha falta hace en Cancún. Y de esa utilización múltiple, que no estaba prevista en el diseño original pero fue posible gracias a la iniciativa de Beatriz y la gran respuesta de la comunidad artística, surgió la propuesta —que ya se ha transmitido al Coqcyt— de que los auditorios de los futuros planetarios tengan un escenario más amplio, sistema básico de iluminación teatral e incluso, de ser posible, pequeños camerinos, para poder realizar en ellos, en aceptables condiciones, conciertos, funciones de teatro y otras actividades similares. Es sin duda una idea que vale la pena tomar en cuenta. Si de algo carece Quintana Roo, es de buenos auditorios, teatros y salas de concierto, y los planetarios pueden —por así decir— matar esos tres pájaros de un solo tiro y enriquecer la famélica infraestructura cultural del estado.

En fin, Ka´Yok´ ha sido no sólo una buena idea, sino todo un éxito. Y si la experiencia se aprovecha, sin duda podrá repetirse.

planetario cancun

Publicado en Gaceta del Pensamiento #25.