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Dromedarios del Medio Oriente en el Caribe: tour de camellos en la Riviera Maya

Y yo que pensaba que sólo en el Medio Oriente habitaban los Camellos, pues no! por increíble que parezca, ahora, en una de las mejores playas de la Riviera Maya podrán conocerlos, convivir con ellos y hasta alimentarlos.

El Caribe Mexicano es reconocido por sus playas de blanca arena, aguas azul turquesa, abundante selva tropical y en donde se pueden hacer una infinidad de actividades eco-turísticas.

Rappel, snorkel, motos acuáticas, paseos en paracaídas, paseos en lancha, tours a ríos subterráneos, entre otras actividades, ¿pero? ¿Habrían imaginado un tour de camellos en este destino turístico?

¡Así es!, aproximadamente a 40 minutos saliendo desde la ciudad de Cancún, sobre la carretera Cancun-Tulum, en el km 55, y a sólo 5 minutos de Playa del Carmen, se encuentra un “Tour de Camellos”; actividad que desde hace seis meses se realiza dentro del club de playa Marina Maroma Paradise.

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A pocos minutos de la entrada, sobre carretera hasta la entrada del club,  se interactúa con una manada de camellos en una de las diez mejores playas a nivel mundial y frente a la barrera de arrecifes más importantes del continente, en un ambiente de tranquilidad y cordialidad.

En el recibidor (lobby), el sonido de las muy mexicanas guitarras se escuchan, dando la bienvenida a todos los visitantes antes de pasar a las diferentes actividades que se hacen dentro del club.

Nuestro guía ya estaba listo….

Antes de llegar hasta nuestra aventura hicimos una escala técnica en la que, ante nuestros ojos, se abría un paisaje con mucha vegetación, un mar de aguas tranquilas, palapas, camas de playa, yates, bar, restaurante, tienda de souvenirs y un kiosco de masajes, listos para ser disfrutados.

Caminando por la playa, nuestro guía nos condujo a un apropiado corral donde se encuentra un grupo de camellos que, al verlos, el panorama cambia transportándonos al Medio Oriente pero sin estarlo.

El momento llegó, nos dieron el equipo de protección (casco), los nervios se hicieron presentes, pero no había de qué preocuparse, porque estos imponentes dromedarios rumiantes, con casi dos metros de altura, son de lo más dóciles y muy obedientes.

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Procedimos a escuchar con atención las instrucciones de  Venerick, que junto con Gabriel, Brandon y Bernardo son guías de Camel Safari, la compañía propietaria del tour; todos 100% capacitados para montar y manejar a cada uno de los camellos.

El peso estipulado para hacer el recorrido, es de 120 kilos máximo, se pueden subir dos personas en el mismo animal, sin rebasar los límites, por seguridad.

Clara, Habibí, Tara, Shy y Mushe, peludos de patas largas y delgadas estaban listos para ponerse en acción.

De lado izquierdo, apoyados de la barra y con un pequeño brinco se monta sobre la joroba, una vez arriba se acomodan los pies en los estribos y sujetando fuertemente la barra se hace el cuerpo hacia atrás levemente para no hacerle difícil la levantada al camello.

Un kilometro de camino sobre arena blanca, entre palmeras, árboles y el Mar Caribe, nos esperaban cuarenta y cinco minutos para interactuar, conocerlos y alimentarlos con zanahoria, su postre favorito. La alfalfa, avena y un alimento balanceado para que mantengan su peso, forman parte también de su alimentación diaria.

Cuentan con un veterinario personal especializado en camellos, que los revisa constantemente, cada mes les hacen análisis general para mantenerlos en buen estado de salud, se adaptan a cualquier tipo de clima y no corren riesgo de que se enfermen tan fácilmente.

El momento de descanso llega y es tiempo de descender e interactuar con nuestro dromedario, el cual espera ansioso su postre por haberse portado bien.

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Un ambiente de emoción, de risas y convivencia, fotos de todos los ángulos posibles, en donde la belleza inigualable del mar nos servía como fondo para obtener la mejor como recuerdo.

Otras de las características que conocimos del antiguo rey del transporte del Medio Oriente, es que pueden adaptarse a lugares con climas extremos de 40 grados  y hasta 29 grados bajo cero.

El pelaje se les hace grueso en invierno, y se les cae cuando la temperatura aumenta en el verano, son capaces de beber 135 litros de agua en sólo 13 minutos, y poseen grandes pestañas para proteger sus ojos de la tierra y del viento.

No tienen mal olor, porque no sudan y como mecanismo natural ahorran agua necesaria para subsistir.

Sus patas anchas les facilitan el paso por desiertos rocosos y también para no hundirse en la arena debido al peso, tienen resistencia, corren distancias cortas y pueden caminar una semana completa día y noche sin tomar agua, sin ningún problema.

Aunque queríamos seguir disfrutando de la belleza natural, de los camellos, y de todo aquel lugar que nos hizo olvidarnos por un momento de nuestra vida cotidiana, teníamos que regresar.

Nuestra aventura había terminado, así que al llegar, desmontamos, tomamos las últimas fotos y nos despedimos, para continuar con la siguiente actividad que ya estaba lista.

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Las bebidas, el snack, el buffet y una palapa frente al mar, el momento era justo para comentar la experiencia que habíamos vivido minutos atrás.

Para comodidad de los visitantes, el tour de camellos cuenta con tres horarios: 9:30, 12:00 y 15:00 hrs., niños menores de 9 años no pagan, incluye un snack, refrescos y agua.

El tour es realmente interesante, vale la pena tomarlo, es una opción diferente en este destino turístico. Las personas discapacitadas, mayores de edad y niños pueden tener la seguridad de hacer el recorrido sin ningún problema.

El precio de 70 dólares por persona muy bien vale la pena pagarlos por la satisfacción de vivir un día diferente de aventura.

En Marina Maroma tienen una variedad de actividades terrestres y acuáticas que podrás complementar con el tour de camellos, tales como lanchas, vehículos todo terreno, motos acuáticas, paseos a caballo, snorkel, buceo, pesca, alquiler de catamarán privado, entre otras.