¿Qué pasaría si ya no tuvieras que preocuparte por no tener dinero para comer mañana y que, incluso, pudieras alimentarte de una manera más sana? Pues bien, celebrando su tercer aniversario, el taller de huertos urbanos pedagógicos sobre agricultura urbana, Eco Huertos, avanza a pasos agigantados hacia esa meta.
“Nuestro objetivo a mediano plazo es ver una red de huertos más consolidados, con una fertilidad y productividad constante para, después, estar conectados en esa red y poder intercambiar nuestros productos”, resalta Miguel Rendón, uno de los pioneros de este noble proyecto. “Y a largo plazo, lo mismo pero a mayor escala: queremos ver nuestras ciudades transformadas en espacios verdes y autosuficientes, así como La Habana, donde 80% de la hortaliza que se consume se produce en la misma mancha urbana; es la ciudad más sustentable del mundo, en términos alimentarios”, añade.
Recuerda que todo surgió en la Universidad del Caribe cuando confluyeron varias iniciativas: por una parte, la Universidad tenía la preocupación de hacer huertos dentro del programa “Mejora tu Entorno”, sobretodo para proveer algunas acciones productivas a la comunidad vecina a sus instalaciones, que después de la crisis del 2009 se vio con muchos problemas económicos.
“Entonces se vio como una estrategia para garantizar el alimento, la seguridad alimentaria”
También estaba la propuesta que tenía la Asociación Civil Conciencia Colectiva, que emana de la idea de jóvenes estudiantes para crear un taller de Permacultura; y del proyecto de Miguel, quien se encontraba promoviendo un modelo de taller o un método de huertos que fuera permanente y a largo plazo. “Se unieron todos esos esfuerzos, y con un grupo de señoras vecinas de la Universidad, de aquí de Corales, fue que comenzó a formarse esta comunidad”, detalla.
En un inicio, sin ningún recurso mas que el entusiasmo de la gente; posteriormente, solicitaron un recurso a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), dentro del programa “Equidad de Género y Sustentabilidad”, y se lo otorgaron. Cabe destacar que no era un proyecto al que normalmente se le destinara este tipo de apoyos, porque está dentro de la ciudad y normalmente se otorgan en zonas rurales; pero por las condiciones de pobreza urbana y por la peculiaridad del programa, también se les entregó.
“Finiquitamos el recurso y había la posibilidad de seguir obteniéndolo o renovarlo, pero no quisimos porque Eco Huertos tiene vocación de independencia y, de hecho, es lo que busca: una autosuficiencia alimentaria, que se traduce en una autosuficiencia económica. Entonces es productivo y no había necesidad de volvernos “adictos” a los subsidios del gobierno, que es lo que pasa con muchos proyectos sociales”, agrega el joven agricultor.
Por otro lado, Edza Sánchez, quien también es fundadora de Eco Huertos y miembro de Conciencia Colectiva, señala que el apoyo de la Universidad en cuanto al terreno, el agua y algunas cuestiones de infraestructura ayudan que el taller se abra cada periodo. “Recientemente, Eco Huertos se integra al Tianguis del Mayab, en el que se comercializan algunos remedios naturales, biofertilizantes, almácigos de plantas aromáticas, agua de zacate limón, semillas, y demás productos del huerto, con los que apoyan su autosustento”, resalta.
En cuanto a las técnicas y saberes que enseñan en el taller, Miguel comenta que se trata de adaptaciones climáticas y geográficas del método biointensivo, el cual se aplica desde hace más de 20 años en Cuba, que representa la vanguardia a nivel mundial en agricultura orgánica, y la productividad que han alcanzado es de 10 kilos de hortaliza por metro cuadrado al año; eso quiere decir que, por ejemplo, en media hectárea con camas de cultivo biointensivas se puede producir 25 toneladas al año, después del quinto año.
“La agricultura orgánica es un proceso a mediano y lago plazo: se va haciendo suelo fértil, y cuando ya se ve la productividad alta es a partir del tercero, cuarto o quinto año; mientras que la agricultura industrial, cuyos cultivos utilizan fertilizantes químicos y demás, al segundo año ya se degradó su productividad, y al tercero ya no produce nada porque se acabó el suelo”, asegura.
Específicamente, este método consiste en hacer más productiva la tierra con insumos locales, sin maquinaria ni agrotóxicos, para evitar daños al ambiente y a la salud, y es una fusión del Método Intensivo Chino y la Biodinámica Francesa, al igual que de saberes tradicionales de la Agricultura Campesina; como los fermentados, los bocashis, los caldos biofertilizantes, caldos minerales para el control de plagas, entre otros.
“Lo primero que queremos difundir es cómo producir alimento orgánico en casa, alimento sano de bajo costo o costo cero y, a la vez, ir creando una educación ambiental, que es paralela; el huerto funciona como un dispositivo de educación ambiental, porque sensibiliza”, afirma Edza, para agregar: “Y los beneficios comunitarios, porque es muy difícil cultivar solo, en el momento en que se empieza a cultivar en grupo, también se vuelve como una terapia social, se hace comunidad, se construye tejido social y buenas amistades”.
La dinámica con la Universidad es a través del Departamento de Servicio Social, que envía estudiantes para que revaliden su servicio y apoyan el programa de “Vínculo Comunitario”. Cada seis meses, el programa abre las inscripciones a este taller gratuito, y quien lo desee puede asistir; este año iniciaron el presente mes, y sólo es necesario llevar dos fotografías tamaño infantil y asistir los sábados a la Universidad del Caribe, de 9:00 a 13:00 horas.
Y ha sido tal su éxito, que ha servido también de “semillero de capacitadores” quienes han extendido estos saberes a otras escuelas, comunidades, e incluso parques en la ciudad, como el taller recién concluido en la Supermanzana 29. “Esa es la intención, que se multiplique lo aprendido de campesino a campesino o de agricultor a agricultor, porque muchos problemas sociales se podrían resolver a través de los huertos; como dispositivo de transformación social es muy útil: calmas el hambre y construyes comunidad”, finalizan.