Una mañana me levanté y descubrí que el sentido de mi vida, mi proyecto de familia, lo que había construido en mi cabeza sobre como las cosas tenían que ser, se habían esfumado en una sola firma.
Tan simple como una firma y tan poderosa por lo que simboliza, ésta puede cambiar vidas.
La mañana del 1º de junio de 2016, mientras mi libertad administrativa regresaba, mi interior se llenaba de interrogantes ¿y ahora qué sigue? ¿hacia donde voy? ¿qué quiero realmente?
Una vorágine de sensaciones y pensamientos me rodeaban generando que por momentos sintiera y por momentos no. ¿Cómo estar divorciado a los 33?
Lo único que tenía claro es que el resto de la vida estaba parada frente a mis ojos para hacer con ella lo que quisiera: viajar, ahorrar, comenzar a escribir mis experiencias, hacer -por fin- un vlog, comer más sano, dejar de fumar y beber alcohol por un tiempo, e incluso divertirme haciendo ejercicio.
Es fascinante como la vida te da oportunidades para cambiar o reinventarte, de ser lo que uno quiera.
La pregunta que ahora llega a mi mente es: ¿por donde comienzo?