Cancún, QR — Decenas de conductores de Uber en Cancún protestaron con una marcha el miércoles ante el aumento de las tensiones en el aeropuerto. La tensión entre los conductores de Uber y los choferes de turismo estatales en el Aeropuerto Internacional de Cancún ha aumentado en los últimos días con la detención de dos taxistas.
Águeda Esperilla, representante de Uber en Cancún, dijo que los problemas comenzaron el lunes cuando reanudaron sus operaciones en el aeropuerto. Según Esperilla, los conductores de Uber han enfrentado bloqueos y amenazas por parte de transportistas ilegales que supuestamente les han impedido recoger pasajeros.
Dijo que también los han amenazado con represalias si no se van. Esperilla dijo que Uber cuenta con una protección judicial que le permite operar dentro del aeropuerto a pesar de que los permisos los otorga la empresa administradora del aeropuerto, ASUR.
“Uber lleva desde el año pasado intentando negociar con ASUR pero no se ha llegado a ningún acuerdo. La aplicación Uber tiene derecho a operar gracias a la medida cautelar, por lo que pedimos que cesen las amenazas y la violencia”, afirmó.
A pesar de la protección, los conflictos persisten con frecuentes bloqueos y ataques a los conductores de Uber. “En el aeropuerto nos enfrentamos a problemas todos los días, con alrededor de 50 incidentes reportados.
“A pesar de las dificultades, seguimos buscando una solución pacífica. Nuestros esfuerzos se centran en trabajar de manera justa y segura sin recurrir a la violencia”, afirmó.

La marcha de este miércoles inició a las 17:00 horas del Malecón Tajamar con destino al Aeropuerto Internacional de Cancún, donde bloquearon temporalmente un carril como forma de protesta por las amenazas y agresiones que reciben por parte de transportistas clandestinos en la terminal aérea.

La semana pasada, dos taxistas de Cancún fueron arrestados luego de ser captados en video agrediendo físicamente a un conductor de Uber dentro del aeropuerto de Cancún. La agresión ocurrió luego de que el conductor de Uber se negara a seguir pagando dinero de extorsión a los dos taxistas a cambio de que se le “permitiera” trabajar en el aeropuerto.