¿Y si tu forma de inteligencia no fuera la que imaginas? Descúbrelo aquí
¿Seguro que sabes lo que significa ser inteligente? No tan rápido… En nuestras sociedades, la inteligencia es vista, y muchas veces idolatrada, como el superpoder definitivo, casi digno de un superhéroe o al menos de llevar gafas de pasta gruesa. Según la teoría clásica, la definición es sencilla: se trata del potencial de las capacidades mentales y cognitivas de una persona; su don para resolver problemas y adaptarse a su entorno (gracias, Futura Santé). Pero la verdad, como siempre, es mucho más interesante…
Múltiples realidades de la inteligencia: no pierdas la cabeza
En la práctica, ¡la inteligencia es múltiple y mucho más compleja! Mejor dicho, existen tantas definiciones de inteligencia como especialistas al acecho de una plaza en la academia. Según la disciplina, el experto o incluso sus ganas del momento, la inteligencia puede cambiar de forma como un camaleón. ¡A algunos expertos les da por identificar varias! Así que… ¿cómo no hacer un cortocircuito mental?
Aquí entra en escena Howard Gardner, un psicólogo que en los años 80 revolucionó el concepto: olvida “la inteligencia” en singular, porque según él, hay muchas. Lo que significa que, ¡spoiler alert!, tenemos muchas más posibilidades de ser inteligentes de lo que pensamos. Para Gardner, todos somos inteligentes a nuestra manera. Sí, incluso tú, que sigues buscando las llaves mientras las tienes en la mano.
Las inteligencias múltiples: ¿cuáles son?
Gardner no se quedó en palabras bonitas. Identificó nada menos que siete formas de inteligencia en un principio, para añadir después una octava (la naturalista) en 1996. Aquí va la lista oficial para coleccionar:
- Inteligencia interpersonal: también llamada inteligencia social, es la capacidad de comprender a los demás y comunicar de forma fácil y adaptada con cualquier persona. Ideal para quienes consiguen hablar con cualquiera… hasta con la impresora.
- Inteligencia intrapersonal: consiste en conocerse muy bien a uno mismo, gracias a una gran capacidad de introspección y autoanálisis diario. Quien la posee puede darse una imagen precisa, saber sus puntos fuertes y débiles, identificar y usar sus emociones con acierto. Aquí se gana ¡control de uno mismo!
- Inteligencia kinestésica: detrás de este nombre técnico se esconde la inteligencia corporal. Si la tienes desarrollada, significa que dominas tu cuerpo, coordinas tus miembros y eres capaz de utilizarlo con maestría, sobre todo en el deporte.
- Inteligencia lingüística: relacionada con el lenguaje y los idiomas. Gardner la describía como la capacidad de usar y comprender las palabras y los matices de su significado. Permite captar cómo el lenguaje afecta a las emociones. Es muy común entre escritores, poetas, traductores e intérpretes, es decir, quienes han hecho del lenguaje su profesión.
- Inteligencia lógico-matemática: una de las formas más reconocidas (¡la niña mimada del sistema educativo!). Es la habilidad de manejar números con soltura y usar la lógica para resolver problemas matemáticos, lógicos o científicos.
- Inteligencia musical: capacidad para tocar un instrumento, crear música, componer melodías, memorizarlas, interpretarlas, e incluso apreciarlas plenamente al escucharlas. Una oreja musical tan desarrollada que puede distinguir voces y melodías solo al oírlas.
- Inteligencia viso-espacial: es el don de visualizar el espacio propio y potencial, encontrar el camino en un entorno concreto y relacionar objetos en el espacio, según Gardner.
- Inteligencia naturalista: añadida en 1996, permite clasificar objetos y diferenciarlos en categorías. Muy útil para zoologistas, botánicos, arqueólogos… Es la habilidad de ser sensible a lo vivo, entender el entorno donde evoluciona el ser humano y categorizar fauna, flora y hasta el mundo mineral. También se extiende al universo cultural que permite interpretar.
¿Y si tu inteligencia es otra?
La exposición detallada de estos distintos tipos de inteligencia seguro que ha despertado tu curiosidad. ¿Te reconoces en alguna? ¿O te ha entrado la duda hamletiana de “seré lógico o lírico”?
Para saber cuál de todas las inteligencias es la tuya, solo tienes que pasar un test de 45 afirmaciones, respondiendo “de acuerdo” o “en desacuerdo” en distintos grados. Al final, ¡conocerás el porcentaje de cada inteligencia en ti! Curioso, ¿verdad?
Conclusión: hacia un mundo más inteligente (y diverso)
Como ves, ser inteligente va mucho más allá de resolver sudokus el domingo. No existe una única manera de serlo y, con suerte, hay un tipo de inteligencia listo para destacar en cada uno de nosotros. Así que, celebres o no tu destreza con las matemáticas, tu facilidad con los idiomas o tu don para encontrar el camino en Ikea, puedes estar seguro de que, a tu manera, ¡eres inteligente! ¿Te animas a descubrir cómo? El primer paso siempre es atreverse a mirarse desde otro ángulo.
¿Listo para conocer tu inteligencia dominante? ¡Atrévete con el test y comprueba lo que ya sospechabas (o no) sobre ti!