Es una historia que se desarrolla en algunos de los tramos de arena más famosos de México. Los visitantes que se dirigen a las hermosas playas de Cancún les resulta más difícil simplemente disfrutar del sol y las olas. ¿Por qué? Debido a que las empresas están tomando partes de las áreas de playa públicas, lo que dificulta incluso caminar por la orilla, y mucho menos encontrar un lugar gratuito para relajarse.

Encontrar espacio en la arena
Imagine llegar a la playa, listo para un día de diversión, solo para encontrar grandes secciones bloqueadas. Esta es la realidad en varias partes de Cancún. La tierra pública justo por el agua, conocida oficialmente como la zona federal marítima-terrestre (o Zofemat), se supone que está abierta para todos. Sin embargo, los clubes de playa, los spas emergentes y especialmente las compañías de alquiler de motos de agua están creando tiendas, a veces tratando la arena pública como su propia propiedad privada.

Alinean filas de motos de agua, ocupando un espacio significativo. También establecen paraguas y sillas de salón, a menudo marcando áreas con cuerdas o incluso troncos, reclamando efectivamente trozos de la playa. Si desea usar una de estas sillas o encontrar algo de sombra debajo de un paraguas, prepárese para pagar. Los costos de alquiler por solo dos sillas y un paraguas pueden variar entre $ 300 y $ 2000 pesos ($ 15 a $ 100 dólares estadounidenses), y el precio sube si necesita más sillas o desea una de esas elegantes “camas de playa”. Esto deja menos espacio libre para las personas que solo quieren colocar su propia toalla.

Más que solo bloquear caminos
Los problemas no se detienen con solo acceso bloqueado y altas tarifas de alquiler. Existe una creciente preocupación por la contaminación, particularmente de los operadores de motos de agua. Según los informes, algunos de estos proveedores no solo alquilan su equipo en la playa; También están usando la arena como su taller de reparación personal.
Cuando las motos de agua se descomponen, en lugar de llevarlas a otro lugar, las reparaciones a veces se realizan allí mismo en la playa. Esto crea un riesgo de aceite o combustible directamente sobre la arena y potencialmente al agua. Obviamente, esto no es bueno para el medio ambiente o para las personas que nadan y juegan cerca. Amenaza la misma belleza que atrae a los turistas a Cancún en primer lugar.

¿Incluso se les permite estar allí?
A la frustración se suma la cuestión de si estas empresas incluso tienen los permisos adecuados para operar en tierra federal de playa. El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) es el organismo gubernamental responsable de dar permisos para usar esta zona pública. Parece que muchos operadores podrían estar omitiendo este paso crucial.
La gente está tomando nota y expresando sus quejas, a menudo en las redes sociales. Tanto los visitantes como los lugareños han compartido historias de sentirse desagradables o incluso ser tratados mal por algún personal de alquiler que, como mencionan algunas publicaciones, “sienten que son dueños de las playas”. La industria hotelera también está preocupada, instando a las autoridades a intervenir, verificar los permisos, entregar multas e incluso eliminar a las empresas que operan ilegalmente.

Las autoridades intervienen
La buena noticia es que las autoridades son conscientes de la situación. La Oficina del Fiscal Federal de Protección Ambiental (ProfEPA) es la agencia encargada de hacer cumplir las leyes ambientales y proteger zonas federales como las playas. Tienen el poder de emitir multas o cerrar operaciones que violen las reglas.
De hecho, Profepa realizó recientemente una importante operación llamada “Operación nacional en ecosistemas costeros y playas turísticas de México”. Este esfuerzo involucró a los inspectores que visitaron playas en los 17 estados costeros de México, incluido Quintana Roo (donde se encuentra Cancún). No estaban solos; Trabajaron junto con la Armada (SEMAR), el Ejército (Sedena), la Guardia Nacional, la Policía Estatal y Local, y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
El objetivo de esta operación era doble:
- Para verificar que cualquier negocio o desarrollo en la costa tenga los permisos ambientales adecuados de Semarnat y siga las reglas para evitar la contaminación y el daño.
- Para garantizar que las áreas públicas de playa (Zofemat) se usen legalmente y que nadie ocupe o explote de manera inapropiada esta tierra federal.

Los inspectores buscaban específicamente configuraciones ilegales, verifican los permisos y se aseguraban de que el uso de la playa respete el acceso público y las regulaciones ambientales. Si bien esta operación específica puede haber concluido, señala un esfuerzo continuo para monitorear y controlar la situación en las playas populares de México. El desafío sigue siendo garantizar que estos hermosos espacios públicos se mantengan accesibles, limpios y agradables para todos, no solo para aquellos que están dispuestos a pagar un alto precio por una silla.